Sartén: fría las croquetas, sin descongelar, en aceite abundante y muy caliente. Eche las croquetas procurando no poner demasiadas para que la temperatura del aceite no provoque salpicaduras, y una vez doradas por todos sus lados, sírvalas en una fuente y pase una jornada estupenda con estas deliciosas croquetas de jamón.